Con el zoom de la cámara casi podía tocarla. Era tan hermosa y tan dulce al mismo tiempo, que un intento de confitar, aún más, a semejante diosa hubiera sido pecado de gula. Hombre de campo, curtido en una vida dedicada a la agricultura y allí estaba sin perderse detalle. Estratégicamente colocado, un ventilador movía la bellísima melena rubia de su diosa mientras el sugerente vestido largo se abría mostrando sus esculturales piernas.
Un letrero morado se cruzó entre él y su adorada: “Suscríbase al canal para seguir disfrutando de todos los contenidos".
-Hasta soñar tiene un precio. -Se lamentó.
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6/Julio/2020
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Publicado en la Asociación Solidaria Cinco Palabras.
Palabras a incluir regaladas por: La Coral Cantoría.
Cuando los sueños invaden los espacios de la realidad mostrarán en su etiqueta el precio de su costo. Lamentando que tu sensual relato haya sido interrumpido por un comercial.
Imaginativo!
Abrazos afectuosos, Galilea