Qué emoción a mí los Shadormas desde que @m.garros.b nos los presentó, me han parecido una estructura muy deliciosa. Y así combinados en secuencia son geniales. Un abrazo. Pendiente con tu Flecha. Por favor, me arrobas cuando lo hagas, porque, no estoy entrando muy frecuente, y a partir del próximo mes lo haré aún menos, voy a estar en un retiro algunos mesecitos, solo estaré actualizando en mi blog, ya que ahí no tengo que interactuar, solo postear. Un abrazo y agradecida desde ya.
Muchas gracias, rebonico.
Mil gracias, compi.
Hermoso. Nada más que añadir a todo lo que te han dicho.
Muchísimas gracias, Jorge.
Me encanta esta estructura del shadorma y de vez en cuando intento escribir alguno.
Me alegra mucho que te haya gustado.
Muchísimas gracias, compañera.
Abracitos.
Me encanta como abordas el fin o el principio. Como alargas la imaginativa mirada poética. Como el vehículo onírico o lo que es lo mismo la inspiración poética te permite alcanzar para tomar y plasmarlo, traducirlo, asequible a todos nosotros. Tocas algo filosófico.
Pero la palabra salitre me anda sacudiendo.
En mi región había zonas salitreras para extracción de sal. La brisa marina embadurna todo de salitre y se come paredes de concreto y varillas, lame y mastica todo tratando de retornar el equilibrio y apropiarse lo que el hombre extrae de la naturaleza. En mi infancia, he visto ganado lamiendo paredones salitrosos para mineralizarse. Las palmeras abrazan la arena y hacen camotes de sal y arena con sus raíces. Las hojas y tallos reciben esmalte brilloso de salitre. Esteriliza y a la vez da sabor y abono a la vida.
Felicidades, un fuerte abrazo.
Wow … una belleza total…
No sabes la alegría que me da y el gran honor que me haces con tu comentario, amigo.
No creo merecerlo pero te lo agradezco infinito a ti y a tu preciosa familia.
Abrazos a todos.
Claro, compi. Lo haré.
Espero no decepcionarte. Será sencilla pero escrita con pasión.
Un abrazo. Y agradecida a ti, guapa.
Pues muy agradecida, Carme.
Muchísimas gracias por tus palabras, Jesús.
Y me alegra haber contribuido a esos recuerdos de infancia que a su vez son toda una lección sobre esas zonas salitreras.
A mí es que solo la palabra “salitre” ya me encanta.
Un abrazo, compañero.
Muchas gracias, Carmen, bonita.