Punto ciego -
si no doy lo que recibo o merezco lo que sufro,
detesto este surco insensato de arterias y maremotos,
la taciturna marcha donde no llego a ninguna parte,
el obelisco glaciar impidiéndome el horizonte.
A decir verdad me duele hasta el viento,
el escupitajo de la tristeza cuando me pinta la cara,
mi sonrisa fingida,
descender en una jaula de tiburones
para reconocer el cuerpo
de la antepenúltima alba.
Debo retirar la bala y quizá esto me mate
lencontrarnos y reconocernos,
suavizar o endurecer
estos ojos tan pequeños y algo humanos
que vienen de nada
y envejecen con todo.