Por circunstancias de la vida, pasé mi infancia de internado en internado.
No fue la que yo hubiera deseado, pero esa fue. Como tu muy bien dices Alfonso esa infancia marca muy mucho la clase de personas que somos hoy. A mis 56 años he decidido con este soneto darle un homenaje a mi niñez, destapándola del rincon de mi corazón donde la tenía guardada.
Muchas gracias por este emotivo comentario y tan acertado que das a mi poema.
Un abrazo.
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La de los mejores.
Je je,
Veo que ni tú ni yo estamos absueltos de los fantasmas de nuestra infancia.
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Así es Marie, pero con la madurez que te da los años he aprendido a aceptarla como fue, a readmitirla en mi vida, y a acomodarla en el lugar que se merece. Muchas gracias por comentar mi poema.
Un abrazo.
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