Excelente!Saludos.
Muchas gracias, Victoria!!
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Los libros siempre acaban por convertir al lector en lo que es, mientras unos siga leyendo seguirá evolucionando en pos de la sabiduría, que nunca será capaz de completar. De todo lo que he leído podría decir sin temor a equivocarme, que lo que más me ha acariciado el alma, ha sido leer a Tagore. Pero sin duda todas las lecturas y todos los escritores, han dejado una huella indeleble en mí. Por eso entiendo muy bien lo que escribes.
Has escrito un gran poema.
Un saludo, Marta.
Una travesía para el alma, como alimento y motivo pensamiento para desglosar sentimientos en palabras.
Saludos, Marta.
Aplusos para tu biblioteca personal, que me sorprendió por la distancia temática entre ellos y tu yo, ese vínculo irreconocible para el mundo exterior quizas sea tu bien ponderada percepción. Dicen que uno se parece a lo que lee, y puede ser cierto, yo leia mucha matemática y parezco un ocho.
Muchas gracias, Pedro! Y gracias también por descubrirme a ese escritor Tagore que te acaricia el alma… no lo conozco, pero he estado echando un vistazo y me llama la curiosidad… Gracias!
Así es, “alimento y motivo pensamiento”… Gracias, Martín!
ajajjaa… me asaltan sonrisas al verte en un ocho, Domingo. Eres realmente sorprendente, amigo poeta! No sé si hay distancia temática entre mis libros, supongo que es porque algunos los descubrí por mí misma en momentos vitales concretos y porque la mayoría fueron y son regalos de personas preciosas que vieron en mí la posibilidad que sus palabras me alimentaran hacia el camino que ellos y ellas veían tan claro, y lo siguen haciendo… Soy muy afortunada de tener cerca esos libros y esas personas, aunque en la mayoría de los casos no podamos ya vernos. Gracias, Domingo!!