Se revuelve sudoroso bajo las sábanas. En un agitado sueño el barranco de su querida Chiva anuncia la desolación de su gente. Se ve corriendo entre escombros y barro buscando desesperadamente la que fue su casa. Ella le estaría esperando sentada en su sillón y, juntos, recordarían los tiempos en que aún eran jóvenes. Así tejían minuciosamente una cercanía indestructible más allá de su enfermedad.
Un helicóptero en lo alto busca salvar a alguien que permanece atrapado. Es a él mismo a quien están rescatando.
Se despierta ahogado en llanto. Por siempre, desde aquel día, cada noche, saldría a buscarla.
Que relato más vivo y emocionante para todos aquellos que han sufrido la pérdida de sus seres queridos y de sus casas en tantas catástrofes, entre ellas la tan cercana y destructiva Dana en Valencia, gracias por llenarte de tantas miradas que lo están pasando tan mal, poeta!!!