Ya no hay lejos ni cerca
por donde vayas estas aquí,
bajo mi sombra,
en mi regazo,
tras el silencio de las horas
en el recuerdo imborrable de tu estela.
A veces salgo y tú vuelves
y me acompañas en el difícil viaje,
para no perderme, para no perderte,
y pintas mis neuronas
del color de tu sonrisa,
cobijando mi fortaleza
con el calor de la ternura
que aún perdura en la nostalgia,
y extiendo mi mano hacia la tuya
sintiéndote,
siempre en mí, como mi piel,
viviendo en tu inexistencia proclamada.
Muy bellos versos. 
Precioso, muy romántico. Felicidades 
Bello poema de ausencia que acompaña.
Un abrazo, Margo.
Las ausencias inspiran bellos versos, Margo.
Es muy bonito tu poema
Bellos y eternos versos te acompañan, poeta!!!
Muchas gracias compañera por leerme. 
Gracias Sinmi por tu comentario.
Te agradezco María tu comentario. Un abrazo,
Si, la ausencia y las heridas siempre inspiran bellas palabras. Gracias por leerme. Un abrazo,
Gracias Ana María, en efecto será eterno el recuerdo. Un abrazo,
Como nos tienes acostumbrados, bello poema Margarita!
Esa nostalgia, ese delirio de la presencia en la ausencia, muy bien.
Saludos!