Me creí tan importante porque podía pensar, sublime, casi perfecto, tangible, eligiendo hechos, imaginar la razón, loco por el verbo amar… y equivoqué las distancias letales al sentimiento, no pude con los sarmientos aunque me juré lealtad.
Y me vencieron los juncos, flores con sus ambrosías, la carta magna del viento trasportando gritos nuevos de pajarillos bailando al song que marcaba el agua…
Y me vencieron sin guerras, cautivando soledad cuando estalla la pureza… no hay metralla más certera, humilde y reina del tiempo que la lluvia en su impás o el sol desnudando el alba, un grillo por bulerías, la cigarra dando palmas…
Venció la naturaleza y ganó la humanidad.
Pedro…de momento. Septiembre de 2023.