…
Reír reír en la noche
para tratar de detener su avance.
Tratar de parar mi opacidad
aquellos deseos ocultos en el rocío
referir a lo mío, siendo mío
y entonces, desde el sur
vendrán doce estrellas fugaces
y moverán las noche anclada
su brillo espesará la noche
y de ahí, repeliendo a tu cuerpo
en instantes cortos de agonía,
un cúmulo de flores se alzarán en partida
resumiendo el llanto del día
en las bellas formas que toma mi muerte;
las miles de veces que no llegas
las miles de veces que no llamas
las miles de veces que no vengo
emprendes camino a un paso constante
en la lucha de un dios vencido
muerto en el vientre de las viejas guitarras
repeliendo aun los ataques
de algunas cosas que se asemejan al fracaso.
¿Acaso es mi inutilidad que sirve?