Y de repente,
el martillo de la vida
te clava los clavos de las circunstancias
y penetran
hasta lo más profundo de tus entrañas,
mas no brota sangre
brota el óxido
el peróxido
el bióxido
lo tóxico,
y a deshora canta el gallo
y esperas que el tiempo se detenga
mas la Katana de la ironía
corta el instante en dos;
y no te sientes a salvo
ni en el antes
ni en el después
ni en el anverso
ni en el reverso
ni en el verso
ni en el universo.
Y de repente,
cruzas la frontera del infinito
traspasas los linderos de ti mismo
y te desplomas hacia el abismo
de tu ser interior
de tu ser inferior
de tu ser anterior
de tu ser posterior,
y te acuerdas
de tus pretéritos perfectos
de tus trayectos
de tus proyectos
de tus contextos
de tus pretextos abyectos.
Y de repente,
el todo es la nada
y tu ser no nada
en la inmensidad del caos
del océano de los eventos,
y no sirven de nada
tus extravangancias
tus vagancias
tus jactancias
tus ocurrencias
tus vivencias
tus demencias
tus malquerencias
tus trascendencias
tus reminiscencias.
Y de repente…
el todo es la nada
y en el centro de la nada
te hallas tú,
la epítome de la nada en el todo de la nada.
Increíble como derramas los axiomas y sus periferias, el nudo y el desnudo, la piedra y el arco, finalmente el desenlace… El libro, cualquiera, tiende a abrirse y buscar una boca para dejar un silencio muy puro. Un abrazo grande querido poeta!
Y de repente nos encontramos con la palabra flexibilizada en tres componentes esenciales, lo excéntrico, lo moderno y lo hermético, Trae de modo automático a la memoria los juegos de palabras del insigne Irlandés (Joice) . El todo y la nada como epitome del recurso no metafórico construyendo la eficacia natural del verso. —Un gran Aplauso distinguido poeta y entrañable amigo.
El martillo va hundiendo sus clavos verso tras verso… sí… penetrando, emocionando… revolcándote en el todo que se convirtió en nada. Y duele, porque tiene que doler.