Viva el vino y las mujeres

Dice el dicho, viva el vino
y por qué no, las mujeres,
que si de veras me quieres
por mí has de perder el tino.
Ya sé que apenas si atino
a mantenerme en mis trece
cuando nadie a mí me ofrece
el encanto de tus dones,
si con sabor a bombones
mi instinto amoroso crece.

Porque lo que sabe a gloria
merece que se disfrute,
que si en salud repercute
que se repita la historia.
Que se grabe en la memoria
y se cante con frecuencia
si es que yo por experiencia
sin fe de erratas lo digo,
por lo que pensando sigo
sin ninguna ambivalencia.

Que glosando a la medida
se dice lo que se siente,
cuando siendo transparente
cualquier tabú se liquida.
Por eso ningún suicida
parecer puede sincero
cuando por mucho dinero
su existencia recompone,
y dios quiera que razone
sin arriesgar su trasero.

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