Si la verdad tuviese recompensa
posiblemente nadie mentiría,
y todos sus romances contaría
una vez garantice su dispensa.
Por eso mismo ni Cupido piensa
lo que después de muerto justo haría,
si al Creador sus cuentas rendiría
cuando la relación se ponga tensa.
Que si en tiempos del cólera el amor
no resultó siquiera verdadero,
según lo visto, apenas dios mediante
podría producir un gran rubor,
si comprando el cariño con dinero
ni por san Valentín cuela un amante.