Me parece que exploras, entres tus versos, la dualidad de abrir una ventana hacia lo oscuro, reflexionando sobre la memoria, el olvido y la luz que se encuentra más allá.
Me cautiva tu cuestionamiento de si esa búsqueda revela angustia o alegría.
Eso es, Alejandro. Abrir la ventana a la memoria y el olvido puede ser fuente de alegría o de angustia. Yo creo que en lo oscuro hay luz, pero hay que adentrarse con cuidado porque puede doler y dañar la mirada.
Saludos.
Me interesa cada verso de tu poema, Rraffa, daría cualquiera de ellos para un espléndido debate entre amigos.
Estos se me quedan grabados y me vienen dos imágenes: la de la persona que sale a la superficie tras una inmersión complicada, la del neonato que ve por primera vez la luz del mundo. Y se me ocurre que la luz en lo profundo es siempre un renacimiento, un reinicio, una nueva oportunidad.
La luz duele y en ese dolor hay una oportunidad de renacer. Por eso creo que merece la pena buscar la luminosidad en lo profundo, aunque conviene ir preparado para el descenso.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.