No hace falta
que hagas tanto ruido con tu angustia
estás hecha toda llanto y saliva
y tan siquiera es creación tuya tu dolor.
No te agobies cuando nadie te socorra
de tu aspirante delirio de tristeza continua,
tienes los ojos tan secos, llenos de espinas,
que te van a sangrar en cualquier momento.
Y tú no eres un milagro. No te van a contar.
No te van a nombrar.
Y te sigues imaginando tu lengua con su lengua
erizadas, enredadas, fundidas,
y lloras, otra vez, con la incapacidad del silencio,
tienes que entenderlo,
tienes que ceder a lo evidente, a lo indudable,
vas a tener que salvarte, tú, si tú.
Tan blanda como las vísceras
donde te están germinando las agallas.
¿No te das cuenta?
Te va a doler tanto, te vas a creer morir de miedo,
Y vas a poder.