No debo dejar solas
a las estrellas esta noche.
He de descansar plácidamente
en el seno fatigado de la vida.
No es un dormir profundo;
es simplemente un cerrar los ojos
en la soledad cristalizada de la tarde.
Es un descanso estando simplemente
para no dormir temprano en la noche
y acompañar a las estrellas
con el ruido incesante de los grillos.
¡Y nadie sabrá de mi vacío!
Solo los búhos silbarán sus caprichos
y algún insecto buscará en mi nochero
la luz led de la lámpara encendida.
Y nadie, ni la humanidad, ni los abismos,
ni las mariposas, ni las hadas del bosque,
podrán darse cuenta que me he ido.