V. Invisible (Rito cuarto)

“Mírenme, mírenme”, dice el hombre invisible.
su murmullo es una falacia fundida en el viento,
pero, ¿quién se da el tiempo de escuchar?
después de todo, todo, todas y todos quieren ser vistos
antes que escuchados.

Tapa Júpiter con un dedo
y te sacarán los ojos.
Mejor entonces salir de la órbita
y dejar que las hienas se coman entre sí, ¿no?
Con todo el brillo que creen acaparar
piensan que al salir de la jauría
uno ya no puede sobrevivir.

¡Ilusas todas por actuar así!
¡Iluso yo por alguna vez estar al lado de ellas!
¡Iluso el mundo entero por pensar que no le hago mención
en este papel!

-5to poema de mi obra “Los 10 ritos”.

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