Se besaron la noche y el día
del norte, el sur
y en sus llamas
se unirán nuestras proclamas
y gozarán de alegría
y quebrándose en abrazos
nuestras almas
se darán los buenos días
y en la mirada a distancia
más allá del horizonte
amanecen o descansan
nuestras vidas.
La tuya y mía
compañera… amiga mía
y entre un tango de Gardel
y una canción de Sabina
llenemos nuestro universo
dignificando este día
…
sólo bastó conocerte
y magnificar mi suerte.
Somos las alas abiertas
de nuestro caballo alado
somos la mezcla imperfecta
de nuestro perfume humano
somos el trigo y el viento
somos esencia y lamento
somos pan
hierba y cemento,
somos manos extendidas
curándose las heridas.
Si la vida me hubiese enseñado
tu paso en el tiempo
para enviarte jazmines
o flores de invierno
…
hoy perfumare la luna
con tus aromas de abril
y cientos de golondrinas
celebrarán la fortuna
de cuidarte en mi jardín.
Tu eres la dulce ternura
de los gorriones en cinta
eres el sendero verde
donde brotan las semillas:
del amor, de la humildad,
de la generosidad
…
eres la paz en el vientre
que sustenta esta amistad.
Esta noche amigo mío
déjame tomar tu mano,
mírame a los ojos
para secar las lágrimas
que te ha colgado la vida.
No permitamos
que la vida nos quite la luz
ni borre las poesías
prestadas a la noche.
Tu me has regalado
esta sombra que nunca olvidaré
esta noche no termina,
aún no bajes la cortina,
cerremos el dolor en la promesa
de continuar andando.
Musa del universo
que pintas con tus versos y poemas
estrellas y cometas,
que a lo lejos nos amas,
que de cerca nos besas,
no permitas que tu manto
deje de iluminarnos.
Prometámonos juntos
subirnos a un cometa
abrazarnos el alma
no volver a sufrir.
Recogiendo estrellas
cuando todos duermen
tengo la gramática
de hacer llorar mi alma
enterrada al fondo de mi sangre
…
llega él
luna insomne que me busca
faro que ilumina el mar.
No hay seres
que puedan soñar
en la prisión de la nada,
no lo alejo
viene a beber de las manos
del día
buscando pan de palabras
Nos contemplamos…
acariciando el honor de las promesas
para sanarlas,
huellas petrificadas que aún sangran.
Tranquilizar el alma
colmada de preguntas
escucho con ansías sus penas
contempla las mías
somos el ojo enorme
del cielo y las preguntas.
Encallamos en la pena de años
vagabundos de sensaciones
nos hablamos sin palabras
las distancias se acortan
en promesas de liberación
armonía del todo
cuando la nada sin augurio
ha dejado crecer
el brote sutil, pétalo rojo
de un mañana sin olvido.
Llega fatigado a pasar la noche
entre hojas y plumas
despejamos dos mundos
hemos expulsado el pasado
quitamos el punto final
no estamos solos.
Mi buen amigo rozó mis párpados
me acarició un poema
le regalé poesías
que despertó el latir
de su inagotable naufragio
acepto su promesa
escondida en una metáfora.
Dos solitarios…
uniendo distancias