Una poética devastadora
espera su turno
mientras nos salimos de madre,
al invocar ese rayo que nos desarma.
Las palabras no se ensucian,
pasan a otro plano y quedan las bocas dispuestas
a entregar su silueta
en el ritual que nos convoca.
Una poética devastadora
espera su turno
mientras nos salimos de madre,
al invocar ese rayo que nos desarma.
Las palabras no se ensucian,
pasan a otro plano y quedan las bocas dispuestas
a entregar su silueta
en el ritual que nos convoca.
Bienvenido a Poémame.
Saludos.
Muy bonita tu poética. Saludos cordiales.
Sé muy bienvenido, compañero
Gracias por la bienvenida y los comentarios. Es un placer estar acá. Por más poesía, seguimos en viaje…
Bonita inspiración