Despunta en la llanura de un paraje natural
aquella señera loma
¡allí encuentro solaz!
allí el gemido me escapa
y su temple me fascina.
…En una lastra fraguada…
“Callando va su agonía, el sol, muy lentamente,
una nube desairada, un rayo desesperado…
¡huyen y arrastran su llama!
irradiándose en el cielo, otro rayo va a la zaga,
de púrpura envolviendo, el color que transparenta.
Relumbran todas las nubes
y se convierte mi cara, en un dorado reflejo
justo naciendo la luna.
Y en mis ojos ¡los colores de un incendio que se aviva!
se intuye la noche viniendo y oscureciendo la gloria.
allí platico contigo.
…En una lastra fraguada…
Música escucho callada, mis ojos lagrimean
y los murciélagos vuelan donde nadie me consuela,
allí contemplé contigo, la dulce agonía del día.
La noche se gira amarga
sumiso, el tiempo se forja,
y en una lastra fraguada
espero con diligencia
en el desierto encontrar
tu hombro como pañuelo
¡compañero tan frugal!