Imperceptibles miradas,
cuando las margaritas cantan,
dicen en el canto,
se desvanece la tarde,
y el manto oscuro se despliega titilando.
¿Qué soy en el arriba?
y
¿Cuánto en el abajo?
El camino de legionarios ruidosos marca el rumbo a la ciudad escondida.
Los destellos del aire en la oscuridad,
apenas muestran el sendero,
y en una gota de vida se desata el aluvión
todos corremos a ninguna parte,
cuando la luna turbia,
cae en picada.
Miles de cascadas,
en las piedras,
resuenan cantos
cuando arriba soy,
la inmensidad del universo,
y abajo
una estrella incrustada entre las piedras.