Un sabor amargo

Cierto sabor amargo en la garganta
hablando del futuro a veces siento,
al sentir un fatal presentimiento
que hasta al más optimista solivianta.

Pues cuando el optimismo se quebranta,
a causa de la edad el desaliento
si todo nos importa ya un pimiento,
del desencanto nadie se levanta.

De la persona la actitud depende
y de las circunstancias del entorno
cuando de angustia el panorama pena,

que si tanto despecho no se entiende
más leña igual no cabe ya en el horno
cuando el propio poder nos envenena.

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