Jamás se puede pretender respeto
si los gestos no son los adecuados,
si a través de argumentos dislocados
las tramas se mantienen en secreto.
Ojalá que en un tomo más discreto,
los devotos a santos afiliados
no resulten también damnificados
porque el vicario igual les ponga veto.
Yo diría que entrando en competencia
hoy día el fútbol gana la partida
por mucho que los curas amenacen
mostrándonos al dios de referencia
tantas veces de forma tan manida
que difícil será que así nos cacen.