Un poema de Nadia Anjuman, poeta afgana

No tengo ganas de abrir la boca
¿Qué debo cantar?
Yo, odiada por la vida,
No hay diferencia entre cantar y no cantar.
¿Por qué debo hablar de la dulzura
Cuando siento tanta amargura?
Oh, el festín del opresor
Me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida
¿Para quién puedo ser dulce?
No hay diferencia entre hablar, reír,
Morir, ser.
Yo con mi soledad agotada
Con dolor y tristeza.
Nací para nada.
La boca se debe precintar.
Oh, mi corazón, ya sabes que es primavera
Y momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapada,
Que no me deja volar?
He estado callada demasiado tiempo
Pero nunca olvido la melodía,
Porque cada momento cuchicheo
Las canciones de mi corazón
Que me recuerdan el
Día que voy a romper la jaula.
Volar de esta soledad
Y cantar con melancolía.
No soy un débil álamo
Que cualquier viento va a sacudir.
Soy una mujer afgana,
Así que sólo tiene sentido gemir.

Nadia Anjuman (Herat, 1980-2005).

(Fue una poeta y periodista afgana. Destacada impulsora de los derechos de las mujeres, creando círculos de lectura en contra del régimen de su país. Publicó en 2005, mientras vivía, el libro Gol-e dudi. Fue asesinada a golpes por su esposo y por la familia de éste.)

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Lo he leído esta mañana y me ha impresionado, José Luis.
Gracias por compartir.

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Gran poema…!! impresionante el desenlace!! Te deja ese sabor acre, terroso…de la impotencia.
Visibilizarlas es lo menos que podemos hacer.
Gracias, José Luis por compartirlo.

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Impresionante :heart::pensive::pensive::pensive:

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Sin palabras…

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