Vida.
Te guardé en mis párpados
en la frente de mi árbol
en el costado de mi cuerpo
derrotado.
Te guardé en el polvo
de mi destierro
en el hondo de mis pasos
en la sudor que me regala
el espanto.
En la sal del Mediterráneo
dejé a nado mi huella
de un pasado de guerra
de hambre y de miseria.
Te guardé en el raso
del cielo de mis sueños
en mis labios secos y sedientos
con mis ojos perdidos en viento.
Te guardé…esperanza, te guardé.
Luto.
Esperanza…te guardé
en la raíz del ébano
que planté en la palma de mi mano.
en el grito de vida
de mi corazón desmayado.
Te guardé en cada ola del Mediterráneo
que me cogía de la mano
y en cada bala
que no se perdió en la nada
esperando mi cara.
Te guardé en la saliva ausente
de cada palabra que me negaron.
De la memoria de mis ojos
arranqué, el puño, el sable
La pólvora y el hambre
un segundo antes de convertirme
en un inerte velero arribando
en la playa de mi sueño.
Mujer.
Te guardé en el vaivén
de la sonrisa prohibida a mis mejillas
en el luto de mi vida
con colores de plastilina
en el principio de mis labios
en el dorso de mi velo
en mi sexo mutilado.
Te guardé en el reverso de mis gritos
a la sombra de una oración
que custodiaba mi emancipación
te guardé…esperanza, te guardé.