El lento cielo
de esta mañana
se pinta de gris escarlata
y en las tranquilas horas
del día que se perfila
sufre el silencio
de esa plomiza penumbra
que profetiza lluvia
y un tiempo cavilado
en las noticias que cambian
el rumbo del que escucha
preparándose para hablar
en ese día que cambia
las prisas por el pensar
lamentando el recuerdo.
Muchas veces, por lo menos a mí me pasa, con los días grises el espíritu se relaja y fluye
el pensamiento de una manera cordial y sin penumbras ¡ qué cosa más curiosa!
mis saludos a tí y tu poema
Pepe