Un día de tantos

Un día de tantos… un día como cualquiera, un día en el cual los minutos transcurren impasibles y tortuosos. En el que siento el peso del aire sobre mis hombros, y los sonidos remolinearse en volutas sobre mi cabeza.
Pequeñas memorias que se van prendiendo y apagando al compás de mis latidos.
Anhelando un verano soleado y salado. Anhelando verte otra vez.
Han pasado 10 años. Quiero cerrar esos recuerdos a veces intermitentes, a veces incandescentes; pero me es imposible. Solo cierro los ojos y ahí estamos de nuevo, tú y yo, con las luces de la ciudad incendiando nuestras miradas, acaparando nuestros sentidos. Era una despedida que ignorábamos, éramos felices desconociendo el futuro, desconociendo los rumbos tan distintos que tomarían nuestras vidas.
Ha pasado tanto tiempo. Y sé que tú has cambiado. Yo he cambiado. Jugamos contra las probabilidades y quizá perdimos algo de lo que fuimos, pero ganamos algo de mayor valor; ganamos cicatrices, ganamos experiencia, ganamos el volvernos a ver.

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