Tus lágrimas no son de alegría
revelan una vasta tristeza
tienen la soledad del Mar Muerto
la espesura de la noche oscura
el vacilar de un candil que implora
y se parecen tanto a las mías
que es imposible saber quién llora
Ellas también se parecen a ti
a tu piel, ya casi transparente
que deja ver tus huesos y venas
a tus manos que vuelan unidas
como golondrinas en cortejo
y a tu perturbadora mirada
que surge como el haz de la nada
Esas lágrimas no son de dicha
no corren libres por tus mejillas
llevan tanta amargura, vacía
que frágiles saltan de tus ojos
en obvio suicidio colectivo
sé que son lágrimas de tristeza
porque son iguales a las mías