Existen elegías en la forma abismal de tus ojos negros
en la materia. Raíz de mis pobres pensamientos
en la bandera de un alicate, en la órbita de un temblor
que se derrumba en la harina del silencio.
Has venido en caballos estirados en un yunque,
forjados en mi corazón de ataúdes abiertos a la lluvia.
Eres hija del día, y sus finalidades
en la placenta de una penumbra.
Me has mirado en los peces y en la horizontalidad
de un regreso a la boca de una promesa…
Y por ello no ando roto, ando en tu dedos,
llenos de parábolas y niños en la arena.
El filo de tus límites me han abierto los ojos.
Y un largo desmayo sucede en la memoria,
a ras de un arpegio en tu alma de pluma.
Me has mirado en los peces y en la horizontalidad
de un regreso a la boca de una promesa…
Y por ello no ando roto, ando en tu dedos,
llenos de parábolas y niños en la arena.
Magníficamente bello compañero!Saludos querido Héctor. @hectorgaibor