Trapisonda

El Pinto llegó a La Unidad de Policía muy agitado:
----Hay un muerto en la ceiba del Callejón del Puerco ----dijo al Oficial de Guardia Operativa.
Éste levantó el teléfono:
----Capitán, tenemos una denuncia sobre un cadáver…
Tras escucharlo, Asdrúbal se presentó. Le hizo varias preguntas a El Pinto y ordenó al Oficial de Carpeta que le tomara declaración y lo retuviera en la Unidad hasta nueva orden.
Escogió a tres Agentes y se dirigieron al lugar del presunto fallecido. A mitad del callejón, junto a la centenaria ceiba, depositaria de todo tipo de ofrendas religiosas, yacía el cuerpo de un hombre boca arriba. Le tomó el pulso de la mano y la carótida. No tenía señales de vida. Ordenó a dos de los Agentes situarse en los extremos del callejón y al otro a mantenerse a prudente distancia del tronco del árbol, todos preservando el lugar.
Eran las seis de la mañana. Asdrúbal, de regreso a la Unidad le dijo a El Pinto que podía marcharse pero que estuviera localizable. Solicitó por radio frecuencia a Criminalística, a la Técnica Operativa y a la Canina. Se fue a esperarlos en el lugar del hecho.
No tardaron en llegar: Secuencias de fotos, toma de muestras y huellas por todas partes y apreciación pericial en primera instancia. En las ropas de la víctima no se halló identificación. Los perros de los especialistas, por turno y una diferencia de cinco minutos, tras olerlas se enrumbaron hacia el caserío de Trapisonda.
----La casa de La Marquesa ----Señaló el Capitán identificando la que marcaron los perros.
La edificación contrasta con las demás del barrio por la belleza de su diseño, protegida por rejas, un sistema de alarma con sensores de movimiento y dos perros pastores alemanes.
----¡Están muertos! ----dijo Asdrúbal al ver a los canes delante de la puerta ----Tocó el timbre. No hubo respuesta.
Hasta allí se dirigieron también los peritos de marras y realizaron las pertinentes pesquisas en el exterior y alrededores de la vivienda. Medicina legal quería llevarse el cadáver de la víctima y de los dos perros, pero Asdrúbal ordenó que todos tenían que mantenerse en el lugar hasta recibir la autorización de registro por parte de Fiscalía. Se solicitó a un especialista en cerraduras. Entre los vecinos, buscaron de antemano dos testigos según lo establecido.
Ya autorizado el registro, valiéndose de sus técnicas el cerrajero abrió la casa. Todos se impactaron por la elegancia y disposición de los muebles, así como por los cuadros de pintura que adornaban las paredes. Al capitán Asdrúbal le pareció escuchar cierto ruido procedente del comedor. Allí, se encontraron atada de pies y manos a La Marquesa, a quién los ojos parecían querer salirse de sus orbitas y tenía una pelota de goma introducida en la boca…, después de las correspondientes fotos, el especialista de Medicina Legal le dio asistencia, le extrajo la pelota de la boca y la desató. Comenzó a llorar inconsolablemente. Solo vestía un hilo dental. El Capitán la obligó a vestirse…
----¡Qué vergüenza! Esa bandida se ha llevado toda mi ropa ----dijo sollozante.
Se puso un pantalón vaquero y un pullover floreado y sin mangas que estaban debajo de la silla. Hizo una cruz con el dedo índice y el pulgar de su mano derecha, la besó y separándola con rapidez, dijo:
----¡Por ésta que lo voy a contar todo, Capitán! ¡Ustedes no saben cuánto he sufrido!
Asdrúbal, la miró con indiferencia y fríamente. Dirigiéndose a uno de los agentes le ordenó:
----Ponle las esposas y condúcelo al auto ----A los otros dos les orientó mantenerse en el lugar atentos a todo.
Al salir, el Capitán observó que en las proximidades ya se aglomeraban decenas de curiosos.
Próximo al lugar, en una Cooperativa Agropecuaria, implantó el Puesto de Mando Operativo habilitando un local con todo lo necesario para garantizar los despachos con los factores puestos en función de las investigaciones. La comunicación con éstos, fluía con rapidez. Asdrúbal aguardaba por los resultados periciales del laboratorio de Criminalística y trazológicos, así como los dictámenes forenses. Psicológicamente se preparaba para un enmarañado caso, cuánto más difíciles más los disfrutaba.
Asdrúbal con muchos elementos en sus manos, decidió entrevistar a La Marquesa. En la Unidad, ordenó la trajeran a su oficina. Al Agente que la condujo le dijo;
----Quítele las esposas ----y dirigiéndose a ella la conminó…
----Siéntese,
----Gracias, Capitán
----Juan Carlos Vidal Gutiérrez… ¿Es ése su nombre?
----Sí Capitán ----respondió llorando y continuó —pero da igual, me puede llamar Marquesa.
----No está obligado a responder, pero le haré algunas preguntas…
----Yo se las voy a contestar, lo diré todo. Por mi madre se lo juro, Capitán.
----¿Quién es el muerto? ¿Cómo lo mataron? ¿Quién lo mató?
----No lo mataron, Capitán. Aunque de todos modos pensaban hacerlo…
----Cómo es eso? Explíquese mejor
----1Ay Virgencita de la Caridad, dame fuerzas! Mire, Capitán: él es español, mejor dicho, era. Solo sé que se llama Gonzalo, digo, se llamaba. Lo conocí hace varios años en Prado. Viene, digo, venía cada tres o cuatro meses a Cuba. Siempre me llamaba al celular y yo voy, iba a esperarlo al aeropuerto… ¡Ay! Perdone, Capitán, pero estoy muy nerviosa… ¿Me puede dar un vaso de agua?
“Trapisonda es un caso complejo, la muerte de un extranjero pudiera convertirse en un problema político. Hay que trabajar muy fino y sin pérdida de tiempo.”: reflexionaba Asdrúbal. Tomando en sus manos una jarra llenó el vaso de agua.
----No es fría ----Le dijo al dárselo.
----Gracias, Capitán ----Le temblaban las manos al llevarse el vaso a la boca
----Continúe.
----Sí, Capitán. Yo le busqué un punto, una veinteañera, de Guantánamo: <Un bombón de rechupete, decía él>. Hizo de mi casa su nido de amor. Costeó todos los materiales y mano de obra de la remodelación. Se enamoró perdidamente de Raquel, así se llama ella. La traía a “”su cuarto encantador”” y con una dosis de Viagra rebufaba como un toro viejo. Eso me contaba la joven, agregándome que a veces sentía miedo de que se le muriera encima…
Asdrúbal le miraba inexpresivo, sin pestañar siquiera.
----¡Y se murió, Capitán!
----¿Cómo así…?
----<<Gonzalo se la quería llevar para España con él, le resolvió todos los documentos. A las cuatro de la mañana, hoy, se debían ir en un vuelo, no sé cuál, pero sí para un país de América Latina. Todo lo guardaba él en “su aposento”. Serían la una, cuando Raquel, tranquilamente, mientras se aseaba en el baño me dio un grito:
----Marquesa, aquí tienes a tu gallego…: ¡Se rompió! ----Corrí enseguida y me puse como loca cuando lo vi, tieso y arrebujado como las ropas de la cama. Observé que ella hacía una llamada por el celular. Minutos después tocaban a la puerta…
¿Por qué no ladraron los perros? ¿Por qué no sonó la alarma? …Yo no me lo explicaba… y con esas interrogantes abrí la puerta. Me aturdí, no había nadie, solo los perros inmóviles echados al suelo frente a ella. Me agaché para ver que les pasaba, pero recibí una fuerte patada por el trasero, quise gritar, más no pude; me agarraron con violencia y me metieron la pelota en la boca.
----Siéntala en la silla ----le dijo Raquel al tipo que me amarró a ella sin compasión.
“¿De dónde salió éste”, pensaba yo? Se daba un aire al español. Vi cuando se lo echó al hombro como si fuera un saco de papas, salió y ella fue tras él. Al poco rato regresaron.
----Toma todas sus cosas, que no te falte nada ----dijo Raquel, y hábilmente lo maquilló.
¡Como para no creerlo! El parecido era indudablemente extraordinario, solo que éste suplantador era un poco más corpulento. Delante de mí contaron todo el dinero de Gonzalo, eran miles de Euros y Dólares. No sé cuántos.
----Son las dos de la mañana, ya debemos irnos ----le dijo Raquel al tipo.
Chequearon nuevamente “todo”: Pasaporte español, el billete de avión, el DNI, el dinero y también las cosas de Raquel. Ella con total ironía y sonriendo me dijo:
----¿No nos vas a desear buen viaje…? ----Después, con su mano derecha me oprimió dos veces los cachetes sobre la pelota…
----FUAA…-FUAAAA ----imitó dos toques de corneta con la boca mientras reía.
----Se lo ofrendé a Eleguá en la Ceiba, fue mi promesa ----Dijo con sarcasmo y disfrutando verme llorar, continuó —Y a ti, Pájara Pinta, se te acabó el pan de piquito. ¡Todo me lo llevo yo!
Y salió con su falso gallego fuera de la casa. Al poco rato, sentí el ruido del motor de un TUR. A ésta hora ya deben estar fuera de Cuba… ¡Rumbo a quién sabe dónde!>>
----Eso es todo Capitán ----Concluyó La Marquesa limpiándose las lágrimas con el dorso de sus manos.
Dándole un bolígrafo y varias hojas de papel, Asdrúbal le exigió:
----Escriba aquí todo lo que me ha dicho, que no le falte nada.
Se paró en la puerta y llamó al Oficial de Carpeta que se presentó al instante.
----Ordene, Capitán.
----Encárguese del encartado. Cuando termine déjeme el escrito sobre el buró. Tómele declaración y métalo en el calabozo. Yo voy a hacer algunas coordinaciones al aeropuerto.
----A sus órdenes, Capitán.
Ya esperaban a Asdrúbal. Fue atendido personalmente por el Jefe de Inmigración y otros oficiales de Frontera Aeroportuaria. Le informaron que el pasaporte del español Gonzalo Alonso de la Riva, no tenía errores y era oficial, solo que, aunque el turista no lo necesitaba, llenó una tarjeta de Embarque y Desembarque y no escapó a los ojos del inspector de inmigración la pésima caligrafía, además de cierto nerviosismo y sudoración del pasajero. Le hizo algunas preguntas que no supo responder y su fonética, indudablemente no era española. Por tal motivo avisó al Jefe de turno y se procedió a su detención inmediata. El farsante no poseía identificación personal. A su presunta hijastra, que ya había pasado satisfactoriamente los controles de rutina y nombrada: Raquel Gálvez Rodríguez, natural de Guantánamo se le detuvo también. Ambos sujetos a investigación.
El Capitán Asdrúbal suspiró profundo. Los detenidos y todos los implicados en los hechos, serían instruidos de cargos con todo el peso de la ley. Aunque herido en su orgullo profesional por los caprichos del azar, todavía quedaban cabos sueltos por aclarar del caso y ésas, si eran cuestiones que desenredarían sus habilidades policiales.
@Saltamontes Pedro M. Calzada (04/08/2013)

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Qué interesante este relato policíaco, Pedro. Pobre Marquesa :relieved:
Si continúas con él en algún momento, me encantaría leerlo :blush:.
Abracitos.

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Qué bueno que te gustó. Eso llo escribí cuando daba mis primeros pasos escribiendo despuéd de jubilado.
Gracias, querida amiga.
Abrazos

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Pintoresco relato Pedro.
felicitaciones y un aplauso.

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Gracias, amigo. Por la lectura y comentario.
Abrazo

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Un interesante relato policiaco, siempre es bueno recordar los inicios de cualquier cosa significativa de nuestra vida. Creo que el relato puede tener una segunda parte, con el agregado de todo la experiencia literaria que te acompaña ahora. Abrazos

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Gracias Varimar, por la lectura y comentario. Realmente creo haberlopodido hacer mejor.
Abrazos

Muy bien guardados los secretos del relato liberados en el momento oportuno para darle sabor. —aplausos

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No te creas, cuando leemos lo que hemos escrito en el pasado creemos que pudo haber sido mejor, pero no es así porque fue escrito en su momento con lo que teníamos y sabíamos para esa época, así que obviamente es lo adecuado, solo que si le escribes una segunda parte le agragaras lo que has aprendido hasta hoy. Así que para haber estado escrito en tus inicios está muy bueno y a mi me gustó ese toque de intriga que le diste

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Gracias a los dos. @ludico1964 /@varimar
Son generosos sus comentarios.
Abrazos

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