je, je, je, je… Será un chiste malo, pero me hizo reir.
¡No!, este José María no es el mismo del otro poema —aunque tranquilamente podría ser, ¿eh?—. Este José María es el de Mecano… una de mis primas —que no le gusta cómo canta Mecano— me decía: «Yo veo las actuaciones de Mecano, es por José María», pero al preguntarle por qué, ella sólo se reía y no decía nada (ahora ya sé el por qué) José, nunca ha podido ocultar lo que, por naturaleza, le fue dado…
Te parecerá mentira, pero hay mujeres —y hombres también— que se calan una corrida de toros no porque les guste el espectáculo en sí sino por la vista que les da el torero embutido en su traje de luces… Igual, muchas féminas —no todas obviamente— ven los partidos de fútbol es para “bucearse” a los jugadores.
Todas estas mujeres que, mentalmente, funcionan como hombres (se excitan por estímulo visual) son las que van a estar pendientes de ir mirando las entrepiernas a ver si logran pescar algún bulto… alguna de esas salchichonidades que prometa… Ese tipo de mujeres existe.
Hay fotos de José María Cano (en Mecano) donde, la vista que es tan indiscreta, se va enseguida a donde marca la descoloración del bulto sobre la tela del “blue jean”… Mi prima dice: «Tú miras —disimuladamente— y puedes llegar a determinar hacia dónde cae “el pájaro”», obviamente, ya ella es toda una experta en el arte de bucear.
Acá en Venezuela, “bucear” (además de lo legalmente significa) es cuando te devoras a alguien con la vista, obviamente porque tiene algo que te llama poderosamente la atención.
Hay algunos poetas donde en sus poemas, te pareciera vislumbrar erecciones… ¡Claro!, sólo que éstas, están muy bien disfrazadas por el velo de la metáfora… Hay poemas de Carlos Contramaestre donde, tú, entre dudas, te preguntas: “¿Qué habrá querido decir aquí?”.
Saludos.
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