Titán

Aclara tus ojos ordenó,
Así lo hice y cayó la venda.
Como sol ardiente se encendió.
Pude ver los colores nuevos
y atravesar las máscaras.
Pude ser el águila avizor
y ver la caza en la senda.

Miré por fin mi corazón
y nuestra mutua ausencia.
Como ángel, el ave subió
para mirar y ver desde arriba
el mundo cruel de dolores
que doloso se originó
sin nuestra mutua presencia.

Forjada la predestinación,
duros brazos de herramientas
Porque en algún ojo vacuo
ilvanaron luces de putridez,
miasmas de mal auspicio,
levantando iras de algún señor,
Titán soy con el mundo a cuestas

De nuevo peregrino cansado
que caminará, seguirá la senda.
El corazón de alegrías cerrado,
consciente de todos los ayes
por áspero y largo camino
borrar para todos el pecado.
Será así en ambos gloriosa meta.

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