Acabadas las figuras retóricas
impuestas en una realidad inventada…
hoy volvimos a los silencios pálidos,
a los vocablos pobres
y las miradas simples…
Vestir la desnudez del alma
con los abrazos venideros,
con las luces cálidas.
Acabadas las sonrisas fingidas
los llantos se apoderaron
de las comisuras…
(volver al origen de una certeza que me niego a ver)
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Muy bello, Horten.
Besines.
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¡Qué bello! Hay una retórica hueca, sí. Pero para “vestir la desnudez del alma”, como tú logras, se precisa dominar la “retórica” y llenarla de sencillez y de luz.
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Muchas gracias por este hermoso comentario.
Un abrazo.
Muchas gracias Raúl.
Un abrazo.
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Preciosa esa mirada agridulce de tus versos para reflejarse en una dolorosa realidad, amiga!!! 

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