No se puede restituir el tiempo
no puedo pedir devolución,
a lo que me han robado,
sin casi percibirlo, sibilinamente.
Estamos en un universo
donde tiempo más tiempo
es igual a tiempo gastado,
una suma que resta,
anomalía atávica, pero cierta.
Quieren que me calle
y me resigne a todo,
no me preguntan nada, no interesa,
el tiempo les devorará y no dirán nada,
nada importa.
Cautiva del tiempo, viajera impenitente,
la relatividad del reloj en el universo,
como quiera que sea, lo poseemos siempre,
cada uno con su ritmo, como un verso.
Reclamo que a partir de ahora
se escurran cristalinas las horas,
mis horas, mis deseos,
vivir y soñar libre,
en un tiempo finito, pero mío.
Me ha gustado todo el poema, Margo, pero ese final es un encanto.
“Reclamo que a partir de ahora
se escurran cristalinas las horas,
mis horas, mis deseos,
vivir y soñar libre,
en un tiempo finito, pero mío.”
Fuerte abrazo.