El manejo de ropa ha cambiado
(ahora me cabe en la mano)
las duchas son más templadas
y cada vez uso menos mantas.
Ahora el frío no me araña los pies,
dormir abrazados es una opción
y el viento no congela mis entrañas.
El sol abrasa mi pelo
(muy lentamente),
los paseos contigo son largos
y el verde del campo surge en los bancales.
Manga corta, flores y sol
(con viento aliñando)
sólo falta el mar
(ese que siempre está cantando).