Esta tarde evoco
aquella tarde de verano
la última antes de tu despedida
que cabizbajos caminábamos
bordeando la vieja muralla
por la calle de los cubos
mientras la tarde dorada
caía en silencio
sobre las milenarias piedras
que historias de romanos y cristianos
guardan tras ellas.
Yo, desahogaba mis dudas,
tú, angustias contabas,
yo, mis perplejidades exponía,
tú, tus temores mostrabas,
los dos confesiones hacíamos
como si no fuese haber mañana.
Tú claro lo expusiste
yo en negarlo me obcecaba.
Paso el verano, y
a la muralla no regresamos
como mis dudas se marchitaban
y tus angustias cesaron,
en esas llego el otoño
y en una tarde gris,
de lastimero recuerdo,
tu mañana nunca llego.
Te fuiste sin mi despedida.
Pippo Bunorrotri