Tardes de antes

Eran tardes de esas con jardines floridos y montañas hermosas. Eran días relucientes con pájaros surcando el gran azul del cielo. Los ojos se extasiaban en las manos pequeñas que cargaban futuros sin conocer distancias. Eran pasos sencillos de niña dulce y buena, que miraba las nubes creyendo que guardaban arlequines por dentro. La angustia que tenía el padre en los bolsillos, no era de estar presente en la risa pequeña, porque sólo importaba jugar a la ternura. Eran tardes azules de inadvertidas horas, de muñecas de trapo, de trenzas de colores, de asombros y campanas y preguntas serenas sin encontrar respuestas. Eran tardes de antes.

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qué bella y tierna nostalgia de esas tardes de una hermosa niñez !

Gracias querido poeta, por pasar a leerme; recibe mi afectuoso saludo.

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El pasado nunca nos deja. Muy lindo. Saludos poéticos.