Sonetos espejos .- deseo amado

¿Qué no te debo yo sinceramente
si te conviertes en deseo amado,
que sin queja compartes mi tejado
alegrando mi sórdido presente?

Si acaso me dejaras de repente
de veras quedaría atormentado,
con medio corazón destartalado
como si me ocurriera un accidente.

Si toda relación exige entrega
qué menos que se goce con respeto
repartiendo los besos por igual,

pues si fuera al contrario nada pega
si todo mi talante comprometo
a comportarse siempre como tal.

Así con la prudencia que me sobra
fabrico cuantos sueños tuve en mente,
pues tal vez fuera cierto que el amor

a quien menos lo cree se lo cobra,
aunque a su lado tienda un falso puente
que le alivie las penas sin dolor.

Acaso tu recuerdo en mí no muera
porque formando parte de mi vida,
fuiste por mis entrañas tan querida
que a menudo temí que te perdiera.

Seguramente, fuese como fuera,
la sombra de mi fiebre contenida
debió poner la salsa desabrida,
que libró sus batallas sin barrera.

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