Aunque vivir se viva, verbigracia,
poniendo en el amor bastante esmero,
amando aún se sigue por dinero
por falta de una dosis de eficacia.
Quizás sea el amor una falacia
que recorrer recorra el mundo entero,
mendigando a las musas un “te quiero”
nunca exento de cierta suspicacia.
Será que sospechando desde niño
de los besos sublimes de una diosa
en mi mente el amor no sedimenta,
porque si ansioso corro a por cariño
firmar pudiera una novela rosa
de la que al publicarla me arrepienta.