Nadie que no predique convencido
a gusto desarrolla sus funciones,
y acabará metiéndose en follones
hasta que sea a palos despedido.
Así ser no debiera permitido,
que quien carente vaya aquí de dones
no se dedique a cultivar melones,
si educado al efecto no lo ha sido.
Y es que si por ganarse algún mendrugo
su dignidad barata va y la vende
se verá en el rincón de la basura,
porque puesto al alcance del verdugo
de sus mermadas dotes no depende
el acabar con gloria su aventura.