Soneto.- limar las asperezas del soneto

Limar las asperezas del soneto
me parece cabal y conveniente,
evitando que un ripio de repente
se escape por tramposo e indiscreto.

Muy a menudo yo la pata meto,
lo reconozco, siendo muy consciente
que por ansioso, peco de imprudente,
y a revisión el verso no someto.

Porque siendo copiosos los controles,
ya sean musicales o lingüísticos
que deba constatar cualquier poeta,

desechar debería los faroles
y respetar los cánones artísticos
de forma tan sutil como discreta.

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¡Qué cariño! Siento. En tu arte poeta. Esa manera de acariciar las “asperezas” de un soneto.
Un abrazo fuerte con admiración