Te miro con deseo y con pasión
que comerte la boca quiero a besos,
como si me explotara el corazón
sin poder reparar en los excesos.
De pensarlo no ceso que será
una delicia acariciar tu piel,
que a la gloria a gozar me llevará
porque me sepa tu dulzura a miel.
Porque a los tiernos brazos del placer
controlar el instinto no apetece,
aunque si lo pudiera parecer
de veras la razón no lo merece.
Quien sabe si borracho yo de amor
arde la sangre en todo mi interior.