Hoy tragarse la queja innecesaria
no vale que se diga ni la pena,
si hasta el más honorable se envenena
llevando a todo el mundo la contraria.
Quien sabe si de forma temeraria
no llevamos el mal todos en vena,
garantizando al mundo una condena
a todas luces tan insolidaria.
Será que la inocencia nos traiciona
y puesta de perfil sirve de poco
una vez se descuelga del trapecio,
porque si la mesura no funciona
sintiendo como gira el mundo loco
habremos de pagar un alto precio.