Allá donde a callar se nos obliga
no se requieren hoy muchos modales,
sino más bien un par de subnormales
que al tiempo nos revienten la barriga.
Pues una vez nos venza la fatiga,
siendo todos al fin tal para cuales
nos bastan las metáforas verbales
para escaparnos de cualquier intriga.
Así cada mentor con su librillo
saca y cumple sus propias conclusiones
allá donde lo tenga asegurado,
pues siendo antes que sabio monaguillo
bien sé que cantidad de situaciones
el éxito lo tienen amañado.