Si yo a nacer volviera, te juro compañero
que a vivir tan sumiso igual me negaría,
con el convencimiento de que disfrutaría
de cuanto me rodee, sin poner ningún pero.
Por eso enamorarme de una idea no quiero
porque si ya de niño en dioses no creía,
en mi nueva existencia, imposible sería
disfrutar y aplicarme sumiso con esmero.
Quizás si a nacer vuelvo, diría a mi madre
que a los falsos profetas no hiciera ningún caso
que al ir con los políticos como quien dice a pachas
de sobra se entendían para que todo cuadre,
mientras cascaban duro a quien saliera al paso
dejando en mal lugar a quien comiese gachas.