Pues con la misma moneda
amiga mía te pago,
que si tus dichos me trago
por escrito todo queda.
Ojalá soñar se pueda
que es lo que yo a veces hago,
si por este mundo aciago
hasta el más cauto se enreda.
Será que un mar nos separa
y tan sólo virtualmente
nuestros versos compartimos,
que si acaso algo cambiara
contando lo que se cuente
de nuestra sombra reímos.