Hay una sombra en mi habitación
una zona oscura y ominosa
que me llama
que me habla
que no escucha
Estuve hablando solo
y mi habitación se inundó de recuerdos
de alegrías
de tristezas
de otros tiempos
Se inundó de su olor
y pude ver por un instante su sonrisa
que en algún tiempo me iluminó
pero no duró mucho
para que luego
apareciera tirada en ese anden
llorando
empujada por nuestro desencuentro,
por nuestra diferencia
Mientras me inundaba la melancolía
la sombra se echó sobre mí
me abrazó muy fuerte
pero sentí frío
Quise sentir nuestro abrazo
Ahora sólo me acompaña esta sombra
sorda
que no escucha mi lamento
la sombra del vacío,
la sombra de la muerte,
la sombra del recuerdo