(Porque toda la creación poética es un acto…de soledad)
Solos,
tan llenos
de desasosiego, ajenos.
Nos quedamos solos,
deshabitados, desubicados
con el miedo a la nada
de un papel en blanco.
Solos,
en la columna vertical
y vertebral de la palabra.
Solos y perdidos
en la espesura de vocablos,
en la jungla de metáforas,
entre sonetos malheridos
que no salvan la distancia.
Solos, extraviados y aturdidos
en nuestro bosque de letras.
Entre rimas imposibles de rimar.
Con los versos mutilados
por los puntos suspensivos…
de un poema sin principio
y casi siempre, sin final.
Solos,
ante la multitud,
sin el aliento cálido del día a día,
sin piel y sin abrigo,
se van pariendo versos
que dejan cavidades en el alma.
Rompiendo nudos y lazos.
Buscándolos, sin encontrarlos
en la lejanía.
Solos,
sin compañía,
como lobos esteparios
sin el calor
del fuego comunal.
Y un abandono
de pregunta sin respuesta
y una insólita ansiedad,
(como barco que zozobra)
se dibuja en la mirada del poeta
en las noches,
en las tardes
y mañanas…
¿A qué sabe la nada?
Solos,
ausentes
y distantes,
en el estrecho
y vertical
espacio de soñar…
…de un papel inexistente
y virtual.
Octubre 2022
Pintura: “Window seat”. Michelle Basic Hendry.