En mi sueño
era yo la que ya no le quería,
la que se iba con otro,
y era él el que lloraba,
el que suplicaba que no le dejara solo.
Era yo quien decía que lo sentía,
que ya no era lo mismo,
que ya no existía un nosotros.
Y era yo quien desviaba la mirada,
y era él quien me rogaba que le mirase a los ojos.
En mi sueño
era yo la que decía adiós,
la que rompía con todo.
Me encanta, querida amiga esa manera muy tuya de decir las cosas, es un don admirable.
<Solo un sueño…> Relatarlo es ya deseo de que se cumpla, y un derecho a confiar en que se haga realidad, poeta.
Me encantó el poema.
Tengo que confesar que no he leído la novela de S. de Beauvoir .
En este poema, aunque lo pueda parecer, no intento reflejar sentimientos de venganza, sino solo la desolación del abandono.
Ese hombre roto es la mujer rota que sueña con no haberse roto nunca.
Gracias por todas tus palabras, querida amiga.
La delicia de identificar la llaga sensorial…
O lo viví, o lo soñé. Como dice la canción.
Desviaciones e inactivas burbujas de esperanza.
Hay demasiado alrededor y vuestra tinta atrapa eso y hasta sus sombras.
Enhorabuena
Eso es, María, el otro punto de vista, ponerse en la piel del otro. Pero claro, lo que uno siente nadie lo puede evitar.
Muchas gracias . Feliz domingo .