Imagina que, dentro de algún tiempo,
nos encontramos
en las calles ennegrecidas
de la ciudad
y mi otro yo,
el que cree que todo puede salvarse todavía,
te invita a tomar café
para recordar viejos tiempos,
o para confirmar que la vida
no coloca delante
dos veces a la misma persona.
Entonces, aceptas con una sonrisa
fría y fingida.
Imagina que pasan las horas,
tú limpias las lentes empañadas
por la niebla,
mientras un silencio imponente se interna
entre nosotros como una tormenta
de nieve.
Llegado un momento,
tú necesitas soltar el ancla
y mi otro yo,
el que no supo ni pudo perdonar,
quiere arrancarse la espada que descansa
sobre la espalda,
para cerrar puertas entornadas
o para confirmar
que no hay gran amor, amor,
solo ternura.
Que bello y ilusionante pensamiento recorren tus versos, para descubrir si el amor persiste o solo queda el sentido recuerdo macerado en ternura, poeta!!! Abrazos!!!?
¡Bellísimo!
¡Me ha encantado!
¡Que negados estamos a soltar a veces! ¡Que fantasías formamos alrdedor de un posible reencuentro lejano!
Me has recordado fuertemente dos cosas;
(1) Una canción llamada “10 años después”; y,
(2) un poema que escribí hace tiempo inspirado, mitad en la canción, mitad en una lejana relación que quedó, por decir lo menos “en el aire”.
¡Me encanta leer esos poemas que me hacer revivir mis propios pensamientos y sentimientos!
Imagen: Pinterest.
