Sobre los huaraches…
la humildad les platico
de aquello llamado eterno
de aquellos pies sinceros.
No había gota de sudor
sin una pizca de respeto
sin una palabra de silencio
sin un abrazo de cariño.
Era tan profundo tu saludo
que no había paz
ni tranquilad
que resistiera tus manos.
Creeme que mañana
le platicare a las generaciones
de tu sencillez que cobijo tu alma
hasta el último suspiro.
Aquí te llevamos
en cada taza de café por la mañana
de tus sonrisas repletas de alegrías
y tus puños llenos de sabiduría.
Creeme que mañana
le platicare a mis amigos
que conocí al hombre más humano
y al humano tan generoso con los suyos.
Y sobre todo les diré el gran secreto
que me haz dejado:
Venir de tu sangre
y ser tu nieto hasta mi último escrito.
En memoria de José Mendoza
